Voy a decir: te amo,
hasta que un día se agoten las palabras,
lo diré siempre, lo diré en silencio,
lo diré a tu oído, lo diré llorando,
haciendo mariposas y preparando mieles,
crujiendo de risa o simplemente columpiando besos.
Diré que te amo, hasta el día en que tus oídos
no escuchen el susurro de mis palabras,
hasta el día en que tu vida y la mía se hayan consumado.
Así, pasará el ayer, el hoy y se irán las estaciones,
marchará el otoño, el verano, el invierno y la primavera,
como soldaditos de plomo en un cuento de infancia.
Se desangrarán las venas de los ríos,
y bajo la yerba correrá escondida
toda el agua que guardaba con sigilo.
Seré un reo de muerte, el amante ido
y lento que en plena noche
llena de escarcha, mirando la luna
te busca como en un sueño, para ver si tu piel
hace parte de uno de sus cráteres.
Vida, por qué es tan profundo en el espacio,
cómo son las honduras de América
quiero ver si puedo hallarte en un hueco de la luna
porque ahora que no estás, mi piel azul
sufre distinto en escueta penumbra,
larga y apócrifa es aquella caravana
donde desfilan las horas.
4 comentarios:
Un poema cargado de realidades.
Un poema cargado de realidades que pesan.
Un poema cargado de realidades que pesan.
Tito de esta y todas las demás vidas gracias por tu presencia, por tus palabras.
Se te aprecia infinitamente desde este pedazo de tierra que me sostiene, desde pedacito de América que es tuyo y mío, tan hondo y lleno de secretos.
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